Una
joven huérfana acaba de cumplir 18 años y es la chica con “peor” suerte del
planeta. Como es huérfana, vive en una casa de acogida, en la que no le han
podido encontrar la familia adecuada y, como ya tiene los dieciocho, no puede
continuar viviendo allí. Le encuentran una casa y un trabajo (que es lo que
ella quiere), para poder comenzar a vivir su nueva vida como adulta.
Un
día, se cruza en la calle con un gato negro que resulta que habla (estamos en
un mundo en el que lo animales no hablan) y que le lleva al país mágico, en el
que se fabrica la buena y la mala suerte. Después de cumplir las misiones que
deben cumplir, ella se da cuenta de que tanto la buena como la mala suerte son
necesarias para vivir, que hay que convivir con las dos, aceptarlas por igual y
aprender de ellas.
Con
esta trama, ahora te propongo que cambies los términos “buena suerte” y “mala
suerte”, por “oscuridad” y “luz” o por “positivo” y “negativo”.
TODO ESTÁ BIEN.
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