Comencé, hace como mes y medio, a ir al gimnasio. Ya es hora de que ponga mi cuerpo en la forma necesaria para mi camino nuevo.
Me estoy enfrentando (en el sentido de "verlos frente a mí") a muchos de mis miedos, a través de lo que me voy encontrando en el gimnasio y con la gente que acude a él: hoy, ejercitando parte de mis piernas en una máquina, el universo me señaló la siguiente a la que debía ir, cuando terminara. Vi que esa otra máquina estaba ocupada, pues alguien había extendido una toalla encima; pero yo no veía a nadie. A mitad de mi ejercicio, un hombre musculoso apareció sólo para recolocar su toalla y se volvió a ir, es decir, la toalla era un instrumento para señalar lo que él consideraba de su propiedad; esa máquina ERA de su propiedad. Una vez terminé, me dirigí hacia ella, con una ira interna bastante grande. Me planteé quitar la toalla y hacer mi ejercicio. Por supuesto que sabía que esto implicaba un enfrentamiento con ese hombre, pero, como te digo, me lo planteé. Me fijé que, justo al lado, había otra maquina completamente libre, que servía para lo mismo, así que pensé que ya no quería más enfrentamientos. Aún así, el universo me indicó que me pusiera en la máquina de la toalla, no en la que estaba libre. "A ver, universo", le dije, "yo quiero caminar el camino del amor incondicional. ¿Qué hago?". "Coge la máquina que está libre, no la de la toalla" y le hice caso...
Éste es un ejemplo claro de cómo el universo te da a elegir entre los dos caminos posibles, el del miedo (enfrentamientos, problemas, negatividad etc.) o el del amor incondicional. Eso sí, si eliges el del amor incondicional, obsérvate y pregúntate por qué lo haces, ¿huyendo del enfrentamiento o porque ya toca, después de la aceptación, que elijas la PAZ?
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