Estaba viendo esa maravilla que es The fountain, cuando, en la escena, en la que el personaje de Hugh Jackman "bebe" del árbol, el universo me dijo que ya había llegado el momento de la tercera toma de ayahuasca. Busqué en Google y me encontré con esa asociación española, cuyo nombre no recuerdo, que se dedica a organizar ceremonias. Sí, estoy de acuerdo, el negocio; esto es lo que sucede en la zona de confort del miedo, en todos los sistemas, pero yo no debía tener en cuenta estas cosas, porque estaría juzgando y, por tanto, dejándome llevar por mis miedos y esto no es amor incondicional. Sólo debía hacer caso al universo y fue lo que hice.
Por entonces, 5 o 6 años después de lo de Guatemala, ya había perdido, "voluntariamente", todo lo material y me alojaba en casa de mi exmujer, sin ningún tipo de ingreso, por lo que no tenía un solo céntimo para pagar lo del yagé. Le dije el precio a mi "casera" y decidió ayudarme, pero no me podía entregar toda la cantidad de una. "Que el dinero no sea un impedimento para tu evolución", me dijo el joven que organizaba la ceremonia y me planteó pagarlo en dos tandas. Mi ex estuvo de acuerdo.
Aquí fue dónde comenzó mi primer "mal" viaje, un auténtico infierno, no te exagero, en donde me enfrenté a todo tipo de terrores, internos y externos, que querían obligarme a traspasar todos mis límites, incluso, el vital.
La ceremonia se celebró en un chalet y, concretamente, en un salón bastante grande, donde los asistentes nos tumbábamos en unos colchones individuales, gruesos y realmente cómodos y nos tapábamos con mantas.
Previamente, hubo una presentación en la que conecté, sobre todo, con una hermosa chica, con la que intercambiamos teléfonos y que estuvo tumbada junto a mí, durante toda la ceremonia. No dejé de mirarla toda la noche. "Lo pasé tan mal", le dije posteriormente, "que necesitaba ver algo de belleza".
Previo al yagé, el joven nos dio ambil, una pasta negra, derivado del tabaco, con el que nos frotamos los dientes. No recuerdo su utilidad.
Hubo música "para ayudar a sanar", reproducida en bucle y fueron dos las canciones que me acompañaron en mi sufrimiento, las dos del mismo autor, Darwin Grajales (curiosamente, nacido en Colombia, a donde el universo me ha enviado, para ser PAZ); éstas eran Suéltalo y Me llega el amor y ¿por qué dos canciones?; la primera, cuando sonaba, me traía lo peor de lo peor; todos los males del mundo, en grado extremo, se concentraban en mi cabeza y mi cuerpo; la segunda, daba paso a mi descanso, "el del guerrero", me dijo alguien, en alguna ocasión, después de haber vencido, no sabía muy bien a qué.
No eran más de cuatro o cinco terrores, que se repetían una y otra vez, también en bucle, como la música. Yo debía permanecer tumbado, superando todo desde mi interior, sin demostrar a nadie lo que me estaba ocurriendo. Así, durante toda la noche...
En el desayuno conjunto que tuvimos, allí mismo, en la casa, no pude parar de llorar. Era el único tan afectado, al menos, eso demostraba; no quería contenerme. El organizador nos fue pidiendo que compartiéramos nuestra experiencia y fui totalmente sincero: "Si hubiera tenido una pistola en mi mano, me hubiese disparado en la cabeza".
Tardé alrededor de 8 años en entender qué era eso que enfrenté y el porqué mi camino de entonces funcionaba de esa manera; también mis "malos" viajes me sirvieron para confirmar lo de la dependencia emocional al yagé y a cualquier cosa y persona. ¿Quién se engancha a los "malos" viajes?
Última anotación: cuando sonaba Me llega el amor, pero no todas las veces, escuché aplausos, literalmente, aplausos de esos que se escuchan en la televisión y que corresponden al público, asistente a una serie o a un programa. Pero quien aplaudía no estaba físicamente allí...
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I was watching the marvellous The Fountain when, in the scene where Hugh Jackman's character "drinks" from the tree, the universe told me that it was time for the third ayahuasca intake. I googled and found this Spanish association, whose name I can't remember, that organises ceremonies. Yes, I agree, the business; this is what happens in the comfort zone of fear, in all systems, but I was not to take these things into account, because I would be judging and, therefore, letting myself be carried away by my fears, and this is not unconditional love. I just had to listen to the universe and that's what I did.
By then, 5 or 6 years after Guatemala, I had "voluntarily" lost everything material and I was staying at my ex-wife's house, without any income, so I didn't have a single cent to pay for the yage. I told my "landlady" the price and she decided to help me, but she could not give me the whole amount at once. "Money should not be an impediment to your evolution", the young man, who was organising the ceremony, said to me and suggested that I pay for it in two instalments. My ex agreed.
This is where my first "bad" journey began, a real hell, I am not exaggerating, where I faced all kinds of terrors, internal and external, that wanted to force me to go beyond all my limits, including my life.
The ceremony was held in a villa and, specifically, in a rather large hall, where the attendees lay on individual, thick and really comfortable mattresses and covered themselves with blankets.
Beforehand, there was a presentation in which I connected, above all, with a beautiful girl, with whom we exchanged telephone numbers and who was lying next to me during the whole ceremony. I kept looking at her all night. "I had such a bad time," I told her afterwards, "that I needed to see some beauty.
Before the yage, the young man gave us ambil, a black paste, derived from tobacco, with which we rubbed our teeth. I don't remember its usefulness.
There was music "to help heal", played on a loop, and there were two songs that accompanied me in my suffering, both by the same author, Darwin Grajales (curiously, born in Colombia, where the universe has sent me, to be PEACE); these were Suéltalo and Me llega el amor, and why two songs?; the first one, when it played, brought me the worst of the worst; all the evils of the world, to an extreme degree, were concentrated in my head and my body; the second one, gave way to my rest, "the warrior's rest", someone told me, on some occasion, after having defeated, I didn't know very well what.
There were no more than four or five terrors, which were repeated over and over again, also in a loop, like music. I had to lie there, overcoming everything from within, without showing anyone what was happening to me. And so, all night long...
At the joint breakfast we had, right there in the house, I couldn't stop crying. I was the only one so affected, at least, that's what it showed; I didn't want to hold back. The organiser kept asking us to share our experience and I was totally honest: "If I had had a gun in my hand, I would have shot myself in the head".
It took me about 8 years to understand what it was that I faced and why my path at that time worked the way it did; also my "bad" trips served to confirm the emotional dependence on yage and on anyone and anything. Who gets hooked on "bad" trips?
Last note: when Me llega el amor was playing, but not every time, I heard applause, literally, the kind of applause you hear on television from the audience attending a series or a programme. But whoever was applauding wasn't physically there...
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