Una amiga me invitó a un taller de sexualidad, el cual, normalmente, sólo era para mujeres, pero la que lo organizaba y dirigía decidió abrirlo, esa vez, también a hombres. Se celebró en un convento de monjas, en un fin de semana completo, llegando el viernes por la tarde, saliendo el domingo a mediodía.
Pasaron muchas cosas, todas fundamentales para mi evolución; te voy a contar sólo dos de ellas y ten en cuenta que yo era el único hombre, rodeado de una docena de mujeres.
Nos pidieron que lleváramos traje de baño; lo íbamos a necesitar para una de las pruebas más difíciles a las que me he enfrentado: ponernos, uno por uno, llevando puesta únicamente esa prenda, delante de un espejo completo y hablarle a nuestro cuerpo y pedirle disculpas por el maltrato, al que le habíamos sometido. Me resistía, no sabes hasta qué punto; me las ingeniaba para no salir o, al menos, para quedarme el último. No era tanto la vergüenza de estar casi desnudo delante de todas esas mujeres (había una de la que me había enamorado y ella de mí), sino el rechazo que sentía por mi propio cuerpo gordo y feo. Pero llegó el momento; todas las mujeres habían hecho su trabajo; sólo quedaba yo... Lo hice y fue una de las mayores liberaciones que tuve.
"Queremos aprender a masturbar a nuestras parejas, también a través del ano, acariciando la próstata, que es vuestro punto G", me dijeron todas, en el almuerzo del sábado, "¿te importaría que te utilizáramos para ello?". Contesté que sí, que no tenía ningún problema. Para mí, lo importante de esta anécdota es que no había morbo, sólo su interés por aprender una técnica sexual. En la actualidad, hablo de sexo con total normalidad, como lo natural que yo considero que es.
"Cuando conversemos sobre la vagina y el pene, de la misma forma en la que hablamos de una mano o de una oreja, volveremos a ser conscientes de lo que, realmente, somos", me dijo un día el universo.Te aconsejo que leas Ami, el niño de las estrellas, de Enrique Barrios. Ami es un extraterrestre, con apariencia de niño, que lleva a un niño de verdad de 10 años, terrestre, a viajar por diferentes planetas, para enseñarle otras civilizaciones. Es la excusa del escritor, para mostrarnos que es posible otro tipo de sociedades, más harmoniosas. En uno de esos planetas, ambos ven a una mujer y a un hombre besarse en la boca; el niño terrestre expresa su alegría y piensa que son pareja; el extraterrestre le aclara que no son pareja, que cada uno de ellos tiene su propia pareja; son amigos demostrándose su amor...
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A friend invited me to a sexuality workshop, which was normally only for women, but the organiser and leader decided to open it up to men as well. It was held in a convent of nuns, in a full weekend, arriving on Friday afternoon, leaving on Sunday at noon.
Many things happened, all of them fundamental to my evolution; I'll tell you just two of them, and bear in mind that I was the only man, surrounded by a dozen women.
We were asked to wear swimming costumes; we were going to need them for one of the most difficult tests I have ever faced: to stand, one by one, wearing only that garment, in front of a full-length mirror and talk to our bodies and apologise for the mistreatment to which we had subjected them. I resisted, you don't know to what extent; I managed not to go out or, at least, to stay last. It wasn't so much the shame of being almost naked in front of all those women (there was one I had fallen in love with and she with me), but the rejection I felt for my own fat and ugly body. But the time came; all the women had done their job; only I was left.... I did it and it was one of the biggest releases I had.
"We want to learn how to masturbate our partners, also through the anus, caressing the prostate, which is your G-spot", they all said to me, at lunch on Saturday, "would you mind if we used you for that? I said yes, I had no problem. For me, the important thing about this anecdote is that there was no morbidity, only their interest in learning a sexual technique. Nowadays, I talk about sex as a matter of course, as I consider it to be natural.
"When we talk about the vagina and the penis, in the same way we talk about a hand or an ear, we will once again become aware of what we really are," the universe told me one day.
I advise you to read Ami, the star child, by Enrique Barrios. Ami is an extraterrestrial, in the guise of a child, who takes a real 10-year-old Earth child on a journey to different planets to show him other civilisations. This is the writer's excuse to show us that other, more harmonious societies are possible. On one of these planets, both see a woman and a man kissing on the mouth; the terrestrial boy expresses his joy and thinks they are a couple; the alien clarifies that they are not a couple, that each of them has their own partner; they are friends showing their love for each other?
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